Ayer visité la exposición World Press Photo que, por tercer año consecutivo, ha estado en Madrid. Este año con especial interés, ya que el ganador del certamen es el fotógrafo español Samuel Aranda, con una foto tomada en octubre en Yemen, tras una protesta ciudadana. Recorriendo las imágenes volvía a vivir todos los eventos que marcaron el año 2011, de una manera mucho más viva e inmediata que si hubiera leído una serie de titulares del año. Revivía el terremoto de Japón, las revueltas en los países árabes, la caída de dictadores, la matanza de Noruega…
Hace poco escribía en este blog sobre el poder de las palabras, muchas veces subestimado. Mucho más patente es el poder de la imagen: directa, impactante, cruda; es sin duda el recurso más potente para conseguir dejar huella. Viendo las imágenes de la exposición me puse a pensar en el poder de una foto.
Y es que es una potente herramienta también en comunicación. No hablo sólo de la ‘imagen de marca’, algo más amplio y conceptual, sino de la imagen visual, concreta, de ‘la foto’. Un ejemplo perfecto, que ha vuelto a saltar a la palestra recientemente, es la imagen de presentación de la equipación del Equipo Olímpico Español para los Juegos de Londres 2012. No voy a entrar a valorar la calidad, el diseño o el gusto de los uniformes que vestirán los atletas que nos representarán; poco más se puede añadir.
Me centraré en la imagen de presentación: una foto que podía haber hecho yo misma con una cámara de usar y tirar, en plena calle, a unos maniquís de los chinos que encima tienen una extraña postura macarra, dándole a la imagen un toque aún más casposo y cutre, que tanta mofa y bochorno provocó en las redes hace unas semanas. Lo peor viene cuando la comparas con la presentación de otros equipos europeos como el británico, el italiano o el francés. Estupenda imagen de nuestro país, en el momento más adecuado.
Me sorprenden los clientes que piensan que para hacer fotos de un portavoz, de un evento o de las instalaciones de una empresa, no hace falta contratar a un profesional, ya que con la cámara de las vacaciones, o con el mismo iPhone, ‘queda igual de bien’. Una cosa es colgar una foto informal en el Facebook de la organización y otra cosa son las imágenes de tu compañía que van a recibir los periodistas u otros públicos objetivo, o las que van a ilustrar tu web corporativa.
Del mismo modo que para hacer una buena nota de prensa, o un comunicado interno, lo adecuado es recurrir a un equipo profesional que lo elabore en base a una estrategia bien definida y trabajada – y no cuatro párrafos escritos deprisa y corriendo por cualquier empleado de la organización-, una sesión fotográfica planificada, realizada por profesionales, tendrá como resultado una imagen de calidad y profesional, nada comparable con la hecha con el móvil entre reunión y reunión.
P.D. Por cierto, si aún no has ido a ver la exposición del World Press Photo aún tienes tiempo esta tarde, es el último día. Y si no puedes pasarte, te dejamos un video resumen: