Según leo en el diario ABC, este próximo viernes se abre el plazo para participar en la primera edición del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo.
Promovido desde Medellín (Colombia) por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), la iniciativa busca fomentar los valores éticos de la profesión, la calidad y la excelencia, y promueve el reconocimiento a los trabajos en lengua española y portuguesa en América y la Península Ibérica.
Es alentador ver que aún existen algunas instituciones interesadas en promover la esencia del periodismo, tan devaluado hoy desde todos los puntos de vista. Las palabras más bonitas que he oído sobre la profesión -quizá las únicas- las han pronunciado grandes periodistas, con muchos años de profesión a sus espaldas, que arrancaron en el oficio en un entorno bien distinto al de hoy, pero no necesariamente mejor.
Sí existía entonces, creo yo, otro concepto de la calidad y de la ética del periodismo, que últimamente ha perdido puntos con la justificación de una crisis ¿sin precedentes? Lo cierto es que la crisis del periodismo en nuestro país tiene muchos precedentes en los que mirarse.
Una de las cuestiones que más me sigue sorprendiendo es la falta de compañerismo entre medios y periodistas, ver cómo unos dedican grandes espacios a hablar de lo mal que les va a otros, o cómo nadie -casi nadie- cita como fuente a otro compañero, aunque sepa que le corresponde, y es apoyado en esa actitud por su medio. No imagino a ninguno de los grandes periodistas del siglo XX aprovechándose del trabajo de sus compañeros.
Los grandes cambios se gestan a partir de pequeñas acciones; a la espera del fin de esta nueva crisis del periodismo, puede ser un buen paso el responsabilizarnos, cada uno en nuestra medida, de aportar algún gesto que ayude a recuperar los valores éticos del periodismo, el mejor oficio del mundo.