De cara al comienzo del nuevo año que ya tenemos entre manos, proponemos desde nuestra larga experiencia – ¡estamos a punto de cumplir 18 año! – 5 claves imbatibles para implementar definitivamente, y de una vez por todas, el chip de la comunicación en las organizaciones y empresas.
Es sencillo. Muy sencillo.
- Comunicación es un estado mental, una filosofía de vida, un mapa con rutas; es un traje a medida y de renovación constante. Pasa de moda con facilidad si no se le implementan las últimas tendencias, los avances por intuir y el lenguaje más oportuno.
- La comunicación no se impone, se contagia. De nada sirve aplicar por la fuerza la creencia de que si la organización comunica la rentabilidad aumentará porque no hay nada que dé frutos contra natura. El contagio debe partir de la máxima autoridad, quién considera que, para avanzar, hay que narrar.
- Compliance no puede ser un obstáculo sino un aliado. Escudarse en el laberíntico proceso del ‘por si acaso’ para recortar las alas de la narración nos llevará indefectiblemente a la parálisis y, por lo tanto, al ostracismo. Sentido común y coherencia, dos coordenadas que nos permitirán movernos por las pantanosas aguas de las regulaciones y normativas.
- El receptor más activo, más prescriptor, con más autoridad, es el que está sentado a tu lado, en el despacho contiguo, en la planta de fabricación o en el teléfono de atención al cliente. No intentemos enamorar al vecino del quinto si no hemos sido capaces de enamorar a los miembros de nuestra propia familia, quienes hasta ahora sentían que siempre el mejor es el que está fuera. Ahora lo llaman Ingagement y nos insiste en la importancia de la escucha en las organizaciones.
- Dejemos de hablar de comunicación y vivamos comunicación. En el mundo de la sobre información, de la desinformación, de la mentira, la manipulación y los troles descerebrados y desmelenados que nos acechan por doquier, creemos nuestro propio lenguaje coherente con lo que somos, pensamos y como actuamos para implementar una corriente vital que nos permita, sobre todo, ser felices.
2017 puede ser un año más o un año nuevo, si como nuevo entendemos aquello que no hemos hecho hasta ahora. Para que realmente sea nuevo, tenemos que dar pasos en avance y no en retroceso. No tengamos miedo a lo que vendrá porque lo que viene es fruto de lo que hoy hacemos. Como bien dice el gato a Alicia cuando pregunta ¿qué camino debo tomar? Y él contesta: depende de a dónde quieras ir, no dejemos de pensar a donde queremos llegar para decidir qué dirección tomar, pero con rotundidad.
En el camino puedes acompañarte por profesionales o decidir recorrerlo en solitario. Como bien dice un proverbio africano “Si quieres ir rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
¡Feliz 2017!