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Una comunicación social extraordinaria para un día histórico

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Mil motivos movilizaron a más de 700.000 personas en las calles españolas en la manifestación feminista del pasado viernes 8 de marzo. Unas cifras que hemos tardado unos días en asimilar -solo en Madrid se ha duplicado el número de asistentes con respecto al año pasado- y que nos han llevado a preguntarnos cómo ha sido posible. Un éxito que pertenece, en parte, a las increíbles labores de comunicación social que se han llevado a cabo en un 2018 histórico.

El mensaje feminista

Todos han lanzado su mensaje, con mayor o menor acierto, sobre una fecha que ya nadie puede obviar. 

Las asociaciones feministas han sido las organizaciones más implicadas en hacer de la comunicación social su principal herramienta. Una labor larga que ha pasado por la elaboración de argumentarios, numerosos actos repartidos a lo largo del año, una semana previa con una iniciativa diferente cada día, una comisión especializada para cada asunto a tratar (comunicación, eventos, educación…) y una larga lista de etcéteras.  

Además, organizaciones de todo el mundo también se han sumado con vídeos y lemas: desde Naciones Unidas, la Unesco, El Parlamento Europeo, Oxfam… Agencias de comunicación y de publicidad, sindicatos, ayuntamientos, asociaciones de vecinos y de estudiantes, coordinadoras feministas, políticos, colectivos varios, clubes, asambleas… han animado a las mujeres a tomar las calles y defender sus derechos.

La comunicación es esencialasí lo hemos ido diciendo y así ha quedado demostrado una vez más. 

Eco en los medios tradicionales y las redes sociales

Todos estos esfuerzos por alzar la voz del feminismo han tenido su eco en toda España.  Unos días antes del Día Internacional de la Mujer, las principales cabeceras de nuestro país (El Mundo, El País, La Vanguardia, ABC, La Razón, El Confidencial…) inundaron sus páginas de reportajes feministas: “8M: sobran los motivos”, “Nos vemos en las calles”, “Sin nosotras se para el mundo”, “Que todos los días sean 8 de marzo”, “Educar en igualdad: ¿un delito?”. Y así, decenas de reportajes, noticias y piezas de opinión.

Las cadenas de televisión y otras plataformas no pasaron por alto la celebración del 8 de marzo y programaron contenidos que fueron desde los documentales hasta las entrevistas, pasando por las series y películas que reivindican la igualdad de género y el talento femenino.

Twitter, Facebook, Instagram… Las redes sociales han sido un hervidero de convocatorias y reivindicaciones ante la celebración del Día Internacional de la Mujer. Hashtags como #FelizDiaDeLaMujer, #InternationalWomensDay, #8MAquíYAhora, #TiempoDeMujeres, #LaEspañaQueQuieres, #HoyVoyASerLaMujerQueQuieraSer… han sido tendencia, acumulando cientos de miles de mensajes, imágenes y emojis en apoyo al 8M.

Una campaña global de comunicación social 

¿Ha servido de algo? La respuesta es sí. Ha sido una campaña solidaria. Capaz de generar empatía. Atractiva. Diversa. Creativa. Y, sobre todo, al menos en España, eficaz. Nuestro país ha sido un referente mundial de la protesta del 8M. Las manifestaciones han congregado a cientos de miles de personas en las principales ciudades: según las delegaciones del Gobierno, entre 350.000 y 375.000 personas en Madrid (el año pasado, la misma fuente calculó 170.000) y 220.000 en Valencia; en torno a los 200.000 participantes en Barcelona y a 50.000 en capitales como Bilbao o Sevilla, entre otras ciudades.

No ha sido fácil. Un año de dedicación con organizaciones y asociaciones trabajando sin descanso. Cientos de voluntarios organizando marchas, movilizaciones y calentando el ambiente para la de este año. Y la pelota cada vez se hacía más grande; los medios se hacían eco, las redes sociales ardían y las celebridades se posicionaban. Un año extraordinario que desembocó en una manifestación histórica. Otra vez.

A por un 2019 feminista

¿Cómo lo hemos hecho? No dejando que el tema muera, que no se apague la llama. Situando el feminismo en el centro de la agenda pública. Uniendo la tradición y lo moderno. Animando a las personas a hablar, y a los medios a contar lo que pasa y lo que nos preocupa. Gritando, cantando, alzando la voz para que no haya nadie que no pueda oírnos. Convenciendo a los más pequeños, animando a los jóvenes a salir a las calles y a los adultos a luchar por lo que es suyo, por la igualdad. ¿Cómo ha sido posible? Uniendo fuerzas.

Ahora el reto para 2020 está ahí. La campaña de comunicación social global debe ser aún mejor. No se debe bajar la guardia. El feminismo debe seguir estando en las casas, en los colegios, en los restaurantes, en la calle, en los medios de comunicación, en las organizaciones, en las agencias… Hay que seguir denunciando las desigualdades, los techos de cristal, los suelos de barro, los abusos, las agresiones sexuales (en España aumentaron un 22,7% durante 2018: 1.702 delitos de violación ese año, frente a los 1.387 de 2017), las muertes injustificables (desde 2003, son casi mil mujeres y 27 niños) y las condenas ridículas. Igualdad, igualdad real. A por una comunicación social impecable. A por un 2019 feminista.

Imagen: Salvemos Aranjuez

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