Uno de los trabajos más interesantes a los que nos hemos enfrentado en estos últimos meses ha sido el ayudar a una gran compañía del Ibex 35 a decidir si sus necesidades de comunicación iban a estar mejor cubiertas por un Dircom o por una agencia de comunicación.
La marcha interna de la compañía fue finalmente lo que inclinó la balanza a favor de un Dircom, pero el trabajo de análisis nos sirvió para definir algunas coordenadas imprescindibles que debe tener en cuenta la empresa a la hora de decidir si contratar a un profesional de la comunicación o bien los servicios de una agencia.
1.- ¿Qué nos duele?
No se puede ir al médico sin saber exactamente lo que nos duele. Lo más importante, para empezar, es saber con exactitud qué nos pasa. No es la primera vez que nos vienen a visitar empresarios pensando que una agencia puede solucionar sus necesidades y lo que buscan es algo bien distinto (un comercial, un experto en marketing o publicidad, un diseñador…). La dimensión de la dolencia tendrá mucho que ver con los recursos que requiera para “atenderla”.
2.- El especialista
Una vez que sabemos lo que nos duele podemos identificar con exactitud dos cosas. Primero, qué especialista nos puede atender mejor – por trayectoria, por innovación, por actualización, por equipo… – y, segundo, si nos atenderán mejor en la Seguridad Social o el seguro privado. Esto es ¿qué tipo de atención queremos/necesitamos tener? ¿qué línea de contacto, información, “control” de la situación requerimos para sentirnos cómodos?
3.- El tratamiento
El especialista (da igual si es de un sector, de una tipología de comunicación o de una forma equis de trabajar – innovador, provocador, clásico, etc.-) será el que defina cuál es el tratamiento que mejor se adapta a nuestra dolencia. Déjate aconsejar. Sin conocer muy a fondo al paciente es muy difícil acertar de primeras en el diagnóstico más certero, pero se puede intuir si estamos ante un tratamiento light, de mantenimiento, de alto riesgo, de última tendencia, proactivo, pasivo… Plantea con qué medicamento te vas a sentir más a gusto.
4.- Las contraindicaciones
No existe una solución fetén para ninguna dolencia. Siempre hay un riesgo. Tener a una persona dentro de la compañía la acerca mucho más a la realidad de la misma pero le hace tener una perspectiva más limitada. Además, está ella sola (en principio) y seguro que muchas veces necesitaría el apoyo de un equipo capaz de dar otras visiones y otros enfoques (eso supondrá nuevas inversiones, hay que tenerlo en cuenta). La agencia está fuera y le puede costar entender ciertos mecanismos de funcionamiento interno de la compañía. Sin embargo, las buenas agencias trabajan con equipos, con visiones diferentes y enfoques más enriquecidos. En ambos casos hay puntos a favor y en contra, como en los medicamentos. No te asustes.
5.- El coste
Muchas veces pensamos en las agencias de comunicación como la solución “barata” a nuestras necesidades comunicativas. No necesariamente tiene que ser así. Una buena agencia, con buenos recursos, con equipos de larga trayectoria y de referencia, cuesta tanto o más que un empleado dentro de la compañía. Lo importante es que vaya a solucionar exactamente lo que estás necesitando.
6.- Las revisiones
Como con la medicación, en la comunicación hay que hacer diferentes ajustes hasta encontrar la dosis (el sistema de funcionamiento y trabajo) que mejor se adapte a tu evolución. La comunicación no puede ser estática (ahora menos que nunca), y la estrategia no debe ser inamovible. Todo lo contrario. Las mejoras, los avances, las nuevas circunstancias, la evolución natural de la propia compañía… deberán ir siempre acompañados de un nuevo diagnóstico y de la mejor medicación en cada caso.
Se decida en uno u otro sentido hay que tener muy claro que la comunicación es una apuesta de largo recorrido, que debe ser gestionada por profesionales de nombre y conocimiento y que es una ciencia empresarial cuya estrategia no es un juego de niños ni de frikis. Esté en manos de un Dircom o de una agencia, la comunicación es fundamental para la percepción y el reconocimiento de marca, para el posicionamiento empresarial y social y para gestionar de una forma adecuada la responsabilidad que se tiene al formar parte de la sociedad a la que se pertenece. Así pues, como la salud, la comunicación no es una broma.
2 respuestas
Estimada Silvia:
Efectivamente desde el año 2008 las empresas buscan perfiles a la desesperada que les solucione el gran problema de hoy: vender, vender y vender. Un Dircom o una Agencia de Comunicación no son un Comercial, no es un Director de Marketing…más bien es un gestor de los bienes intangibles de la compañía (reputación, identidad corporativa, prestigio,etc.) con un gran retorno si se gestiona por profesionales. Tener un DIRCOM en la empresa ya es imprescindible, en un mercado supersegmentado y digitalizado. Contar con los servicios de una Agencia de Comunicación es imprescindible, como apoyo al DIRCOM, o para hacer las funciones del DIRCOM.
Un saludo y felicidades por la reflexión.
Manuel Carrillo
Muchas gracias, Manuel.
Efectivamente. Una opción no siempre elimina a la otra. Las agencias tenemos mucho que ofrecer si nos permiten trabajar con los equipos adecuados. Pensar que la comunicación tiene la función de venta nos ha marginado durante muchos años. Ahora es cuando más se está poniendo en valor que los intangibles que tú comentas son tanto o más necesarios que las ventas para la supervivencia y competitividad de la empresa.
Las agencias tenemos mucha responsabilidad para lograr que esto sea así. Debemos hacer un trabajo de mucha calidad, buscando la excelencia y creando equipo con nuestros clientes.