Sabemos que en este blog siempre hablamos de las últimas novedades en comunicación y que el storytelling es un término del que se lleva hablando ya mucho tiempo. Nuestra intención no es repetirnos, sino seguir exponiendo todas las opciones que brinda aplicar la narrativa en todas nuestras estrategias de comunicación. En Silvia Albert nos proclamamos fieles seguidores de las “historias” y ya no construimos ninguna estrategia, ya sea online u offline, sin dotarlas de storytelling.
Las nuevas tecnologías no son los únicos factores que han modificado el modo en el que nos comunicamos, el storytelling es el contenido que permite maximazar el grado de eficacia e impacto. La forma, el contenido, la esencia, necesita ser trasmitida no solo de la forma más eficientemente posible sino desde un vínculo que llegue al corazón de las personas. Por que en comunicación, no vale solo con contar cuentos, hay que LLEGAR a la audiencia.
En mi día a día, no solo desde el aspecto profesional sino social, compruebo y admiro cómo diferentes ámbitos de la cultura y el arte también se benefician de los recursos del storytelling. Como comentaba mi compañero @balaguerc, todos practicamos el storytelling. No se trata de algo novedoso sino de una de las formas más naturales de hacer comunicación. Por poner algunos ejemplos, recientemente pude disfrutar de un concierto del violinista Ara Malikian. En su actuación evitó el formato habitual basado en la sucesión de canciones y optó por imbricar todo el concierto en la historia de su propia vida y su evolución musical. Esa historia que comenzaba en su tierra natal y a la que se iban sumando las influencias conocidas en sus diversas ciudades de paso atrapó a la audiencia, que a partes iguales disfrutó con sus composiciones y con la historia que se entretejía entorno a ellas. Consiguió que el público que asistía entrara a formar parte de esa historia y nos convirtiéramos en parte de su propia orquesta. Nos metimos en el papel y captamos el mensaje en su totalidad, uno de los objetivos que buscan las marcas diariamente en sus campañas de marketing.
Según la experta en storytelling Kay Fabella, en una entrevista en El País, “cuando presentamos la información con datos o estadísticas solo conseguimos que la retenga entre el 5 y el 10% de la gente, mientras que el 65-70% de las personas se queda con un relato y el 85% retiene la información si se identifican con la historia”. Un apunte que sin duda hace plantearnos la forma en la que trabajamos en el sector de las relaciones públicas. El storytelling se hace obligatorio en nuestro sector.
Con nuestro nuevo cliente Finizens, nos estrenamos en la teoría del “Why, What and How”. He de reconocer que en el arranque de la cuenta lo más duro fue ponernos todos de acuerdo, cliente y consultores, por qué era necesario ese producto para la sociedad, qué era y cómo lo hacían. Una vez coincidimos todos, la realización de mensajes clave y argumentarios para implementarlos en entrevistas y en la comunicación one to one, fue tarea sencilla. El material de prensa se construyó través de una historia en la que involucramos a diferentes tipos de público con un mismo objetivo: atraerlos a la esencia del mensaje a través de la identificación.
Las historias conectan al mundo, todos quieren leer menos y sentir más. Los consultores tenemos el poder de crearlas en torno al cliente, a un producto concreto y otorgarle un sentido narrativo más allá de comunicar un simple servicio. No nos quedemos en lo simple si podemos ir más allá, y la pura dramatización de la comunicación es esencial para ello. No sé, puede que en otra vida haya sido actriz, por eso, no hay algo que me llene más que envolver de teatralización nuestra profesión. Y tú ¿cómo “transcomunicas”?