Estamos acostumbrados a compartir nuestro día a día, nuestras historias y nuestras inquietudes. Lo hacemos con nuestros amigos, con nuestros familiares e incluso con desconocidos a través de plataformas como Facebook, Twitter o LinkedIn.
Las historias se suceden de forma continua en nuestra cabeza, son parte de nuestra rutina y todos las contamos. Esto demuestra que el storytelling, una de las palabras de moda, es una de las formas más naturales de hacer comunicación, además de un potente medio para influir a nuestro entorno.
Todos influimos y somos influenciados por el storytelling. Cada historia que afecta a nuestras emociones nos inspira para tomar una decisión o llevar a cabo una acción. Para Belén Santa-Olalla, creative consultant en Transmedia Storyteller Ltd, las historias son algo que cualquier marca puede utilizar para llegar a su público y cuando nos planteamos una experiencia transmedia storytelling hay que tener muy claro a quién nos estamos dirigiendo y darles algo que ellos valoren. «Hay que entender cuál es la interacción y por qué van a querer formar parte de ella».
Las buenas historias deben ser capaces de crear una conexión emocional entre la marca y su público. Además, lo que garantiza que el storytelling sea eficaz es que el contenido de la historia sea verdadero y genere empatía. De este modo el público pasará de oír a escuchar con atención, algo totalmente necesario para hacer un buen storytelling.
Como todos sabemos, el mundo de la información ha cambiado y lo sigue haciendo cada día. Vivimos inmersos en un constante bombardeo de información y corremos el riesgo de ‘infoxicarnos’. Por ello es imprescindible que nos tomemos el tiempo necesario para contar nuestras historias, pero también para escuchar las de los demás.
Eva Snijders, pionera en España en los ámbitos del storytelling organizacional y la narrativa transmedia, hizo en su día una reflexión que me parece interesante destacar: “Miramos, y mucho; sin embargo no vemos. Oímos, pero no escuchamos. Comemos y volvemos a tener hambre. Hemos olvidado tomarnos el tiempo y la atención suficientes para leer, procesar y comprender. Hace falta que pongamos de nuestra parte para descifrar el mensaje y hacerlo nuestro. Porque el storytelling es sobre todo eso: escuchar para dar sentido”.
Finalmente me gustaría resaltar que, como apuntó en este blog nuestra compañera Rosa del Blanco, las compañías deben tener en cuenta el storytelling y las narrrativas transmedia en sus estrategias de marketing y comunicación, pero sin perder la cabeza, deben integrarlas dentro de una estrategia de comunicación global.
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