Quince años de comunicación

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Perdonad si me siento un poco nostálgica… Con dos hijos todavía muy pequeños, con más miedo que vergüenza, acusaciones de “tú estás loca”, poco más de 40 metros cuadrados de oficina en pleno barrio de Salamanca y un muy buen cliente, comenzó la vida de esta agencia de comunicación en Madrid.  De aquello, este mes hace 15 años.

Creedme si os digo que son muchos años. Y, también, que los años de las empresas se asemejan más a los de los perros que a los de las personas y que, por ello, más que estar con un pavo adolescente insoportable – que ya debimos pasarlo-  estamos en plena madurez: sensatez, experiencia, conocimiento, capacidades…

De los 15 años, más de la mitad los hemos vivido inmersos en esta terrible crisis que nos ha hecho más duras y resistentes si cabe. Ya el año pasado le hicimos un guiño con esa fiesta de inauguración de la oficina en la que conseguimos un objetivo claro pero complejo: arrancaros a todos una sonrisa.

12 meses después estoy  aquí intentado hacer el mejor análisis de estos quince años y miles de sensaciones, emociones, locuras, crisis, fracasos… y miles, y no lo digo por decir, miles de personas con las que hemos trabajado, peleado, innovado, inventado… vienen a mi memoria.

Es muy difícil ser emprendedor en España. Muy difícil ser empresario de pequeña empresa, a pesar de ser las pequeñas empresas las que creamos la riqueza de este país. Para nosotros no hay rescates ni préstamos a interés cero; no hay megaequipos de ingenieros financieros para escapar de Hacienda; para la pequeña empresa no hay derechos pero sí obligaciones, las mismas que para las grandes empresas. ¡Así es la vida!

Todo esto lo sabía cuándo arranqué este proyecto. Nadie me dijo que fuera a ser fácil. Pero creedme si os digo que ha merecido la pena.

Estoy tremendamente orgullosa de nuestra empresa, del equipo de profesionales que la componen, de nuestros clientes (los que están y los que estuvieron) y de lo que hemos y estamos aportando al sector. Sé que muchas veces se nos tacha de duras y peleonas pero no nos queda otra. Creemos mucho en lo que hacemos, defendemos las buenas prácticas de la comunicación y creemos que tenemos una importante responsabilidad, tanto como pyme como comunicadoras, de intentar convencer para que las cosas se hagan todo lo bien que sabemos.

Nuestro objetivo ha sido siempre estar a la vanguardia sin perder de vista la experiencia. Fuimos de las primeras agencias, si no la primera, en aceptar a los medios online como medios serios y profesionales (¡de hecho creamos el primer medio online especializado en comunicación!); de las primeras en asomarnos a las redes sociales y reconocer un canal de comunicación innovador y rompedor, de crear nuestro perfil digital y uno de los primeros blogs de comunicación; fuimos de las primeras en hablar de salarios en el sector y de las enormes diferencias entre hombres y mujeres… Fuimos las primeras en crear un headhunter especializado en comunicación, wellcomm, en un intento arduo por demostrar que los profesionales de este sector nos somos fichas fijas de un rompecabezas carpetovetónico.

Recuerdo cada éxito, cada fracaso, cada situación de crisis, cada felicitación, cada periodista, cada cliente, cada empresa de la competencia…; cada crítica, cada disgusto, cada fichaje de profesionales – hoy indispensables en la compañía- y cada una de las salidas de personas que no creían en lo que hacíamos ni cómo lo hacíamos, que también las ha habido.

Estamos en un momento fascinante para la comunicación. Es ahora cuando los profesionales del sector tenemos mucho que decir, mucho que hacer, mucho que demostrar. No olvidamos que hay más de 10.000 periodistas en paro (un 60% mujeres) pero estoy convencida de que nunca antes la profesión había vivido un momento tan extraordinario. Están naciendo nuevos proyectos, Internet nos dota de un poder que nunca antes habíamos conocido y entramos de lleno en la era de la colaboración, la participación, de los superpoderes… Lo que no tenemos es espacio para la queja, la comodidad y el ostracismo en el que algunos todavía se empeñan en permanecer.

No voy a negar que muchas veces me siento cansada del día a día, de las tonterías, de las dificultades innecesarias y de los tratos injustos. Pero muchas veces más miro a mi alrededor y me siento tremendamente orgullosa de en lo que se ha convertido aquella iniciativa temerosa de hace quince años. Y, sobre todo, me siento muy afortunada de tener a mi lado a determinadas personas que hacen que todo esto sea posible, que me dan un empujón cuando me ven penosa, que me felicitan cuando innovamos, que me frenan cuando me desboco, que me acompañan cuando invento, que me abrazan cuando estoy baja de energía… No voy a citarlas una a una; ellas y ellos saben perfectamente quiénes son e intentaré hacerles llegar estas palabras de forma personal. Creo que se lo merecen.

Y esto nadie nos lo ha regalado. Silvia Albert in company es fruto de la creencia en el trabajo bien hecho; de la constancia en la calidad; de la profesionalidad de mis compañeras; de la confianza de nuestros clientes; del reconocimiento del sector y solo, solamente un poquito, de la buena fortuna por haber nacido un día de marzo de 1999.

Gracias a todos y a cada uno de vosotros por haber formado parte de esta historia. Prometo aguantar, por lo menos, otros quince años más pero ésto solo será posible si seguís estando conmigo.

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6 respuestas

  1. Hola Silvia:
    Felicidades por el aniversario. No es nada fácil llegar a estas cifras para una agencia, y espero que te queden por delante muchos más años de éxitos. También quería darte las gracias por el post, porque me he sentido plenamente identificado con mucho de lo que expones: yo también he montado mi propia agencia y sé muy bien de las emociones y sentimientos que expresas.
    Lo dicho, felicidades y a seguir adelante.
    Saludos.

    1. Gracias, Miguel Ángel. Me conforta saber que no digo ninguna marcianada y que no estamos solos. Mucha fuerza para ti también. Un saludo. Silvia

  2. Querida Silvia. Recuerdo los primeros momentos que os conocí hace ya 10 largos años, dándome cuenta que estaba ante unas verdaderas profesionales de la comunicación. Os deseo todo lo mejor a ti y a todo tu equipo. Un fuerte abrazo. Enrique

    1. Mil gracias, Enrique. Qué tiempos aquellos… Silvia Albert in company tiene un poco de todos vosotros. Un abrazo.
      Silvia

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