Marzo de 1999. Dircom de un banco de negocios americano. Un cruce de cables. Ganas, muchas ganas. Energía. Dos consejos de profesionales masculinos: “no lo hagas”. (A veces no sé para qué pregunto) Pequeño despacho en el barrio de Salamanca. Se avecina el boom de las punto com. Pronto se me queda pequeño, muy pequeño. Profesionales que van y que vienen; hay de todo: malos, buenos y muy buenos. Va creándose una pequeña gran familia. La marca refleja una forma de hacer, de trabajar, de asesorar. Y un reconocido hueco en el mercado, como un velero entre gigantes trasatlánticos. La vida va poniendo en el horizonte seres humanos imprescindible; los prescindibles se pierden en la efímera estela.
Marzo de 2016. Mucha experiencia en el camino, desde lo más feo a lo más maravilloso: la amistad, la de verdad. Clientes que han recorrido con nosotros el camino, muy seguros del acompañamiento. Otros que han querido unirse en el transcurso y otros que han buscado otras aguas, más calmadas o más fuerte.
Son 17 años en los que no somos mucho de lo que fuimos y en los que hemos aprendido a ser mucho de lo que somos. Me siento muy orgullosa.
Quizás esté hablando demasiado desde el corazón y muchos pensarán que en los negocios no caben los sentimientos. No estoy de acuerdo. En esto, tampoco. Más de la mitad de estos 17 años los hemos vivido por y para la empresa que, al fin y al cabo, son muchas las horas que le hemos dedicado, tanto para alimentar el buche como, también, el entendimiento. Porque de entendimiento y aprendizaje trata este negocio.
Cada año por estas fechas hablo de orgullo, de fuerza, de celebración, de los que están y de los que se fueron. Como hoy. Cada año, por nuestro cumpleaños, hablamos de esto de ser micro empresa en un país de pelotazos, corrupción y amiguismo. Hablamos de lo duro que ha sido y lo difícil, pero también de lo gratificante y satisfactorio que es aportar un micro grano de arena en la playa de la economía de este país. Que como nosotros hay muchísimos. Para ellos también nuestro reconocimiento.
En estos 17 años lo que tenemos son cientos de amigos, compañeros y clientes que hacen que todo este esfuerzo merezca la pena. Aquí hay mucho de trabajo en equipo, de innovación, de estrategia, de compañerismo, de información, de comunicación, de talento, de profesionalidad, de pasión, de compromiso, de creatividad y si, por qué no, de diversión.
No estamos con el pavo, ¡qué va! Tenemos una adolescencia muy sensata y centrada. No hemos perdido el norte, ni nos han vuelto locas las hormonas del crecimiento. Pero todo ello no quiere decir que no tengamos la vitalidad de un joven y la energía que nos da el tiempo transcurrido, la experiencia vivida y las ganas por hacer más y mejor.
Gracias a todos los que nos habéis acompañado durante todos estos años. Al sector que nos ha reservado ese espacio de admiración y respeto; a los clientes que siguen disfrutando y aprendiendo a nuestro lado; a los amigos, que siempre tienen un gesto de cariño y de apoyo. Y al equipo, a todos y cada uno de sus miembros que hacen que merezca la pena levantarte cada día y decir ¡a por ello! Muchas felicidades Rosa Matías, Natalia Martín, Gabriel Navarro, Rosa del Blanco, Cristina Rubio, Joan Espuny, Carlos Balaguer, Agustina Barbaresi, Oliver Serrano, Marta Ruiz, Mónica Bernado… Y muchos años más.