Trabajar con intangibles es una de las principales frustraciones de los profesionales de la comunicación. Ser capaces de traducir los resultados de una estrategia de PR cuantificando el retorno que ha obtenido la marca con su inversión, era algo realmente complicado hasta hace unos años. No existía consenso sobre las fórmulas a aplicar, el proceso era complejo y los resultados discutibles.
La enorme transformación de los modelos de comunicación, que tanto nos inquietó al principio, ha mejorado en muchos aspectos el panorama para el sector: en un mundo socialmente interconectado y digitalizado se amplía el campo de trabajo y la influencia de los comunicadores, que, además, cuentan con herramientas de medición fiables, precisas y fácilmente interpretables. La posibilidad de acceder a los resultados de las campañas de comunicación permite no sólo ofrecer datos de retorno al cliente, sino mejorar las propias estrategias gracias a la posibilidad de analizar, comparar y medir las variables e indicadores clave.
La semana pasada estuve con los responsables de un destacado medio del sector financiero, quienes me enseñaron las enormes posibilidades de medición que ofrece su página web. Las herramientas están ahí, a nuestro alcance, ofreciendo una información realmente valiosa, y, sin embargo, apenas las utilizamos, ya sea por falta de tiempo o de costumbre.
El reto ahora es cambiar nuestro modo de ver, vivir, hacer y medir la comunicación. Los comunicadores tienen a su alcance más poder que nunca, pero como explican Marta R. Ruíz y Carlos Balaguer en la última edición de Perspectivas de la comunicación wellcomm, “Seguimos detectando una clara reticencia de los profesionales de la comunicación a adaptarse a nuevos entornos, cada vez más asentados y con mayor alcance”.
Si eres de los que quieres sumarte al cambio, no dejes de leer “En tiempo de transparencia: ¿competimos o colaboramos?” un documento colaborativo lleno de claves que te ayudarán a desenvolverte con éxito en el mundo de la comunicación.
Un comentario