¿Encuentro con blogueros o rueda de prensa?

Recién aterrizada de una rueda de prensa convocada bajo el paraguas de ‘Encuentro con blogueros’, y una vez más me parece lamentable que algunas agencias de comunicación y muchas empresas no entiendan que un bloguero no siempre es, ni tiene por qué ser, periodista.  El encuentro ha sido un fiasco por la escasísima capacidad de convocatoria que ha tenido (no por los contenidos que han sido bastante interesantes) ¿Puede un bloguero -que no se gana la vida con su blog- acudir a una cita a las 10 de la mañana por mucho desayuno rico que te ofrezcan?

Si la opinión del bloguero sobre un determinado sector es interesante y relevante ¿no hay que tratarle como un influencer y por tanto diseñar una estrategia de aproximación a la marca un poco más elaborada, más personalizada y más empática que una rueda de prensa? ¿Cómo es posible que consientan que los ponentes no compartan sus presentaciones? Y, a estas alturas, ¿por qué no se ha definido un hashtag para el encuentro?

Estas y otras cuestiones me asaltan en cuanto me pongo a pensar en ello y te ofrecen pistas sobre que ni la empresa ni la agencia tienen la más remota idea de que están organizando, cuál es su objetivo y cuáles son las reglas básicas para hacer una coherente comunicación en redes sociales.

Como bien explicaba Cristina Aced hace algún tiempo, la clave es no dar por hecho que un bloguero es  un periodista y que estará encantado de recibir notas de prensa. La mayoría de bloggers no quieren ni oír hablar de ellas.

Si quieres poner a un influencer en tu evento conviene preguntarse antes si tienes algo realmente interesante que contar, si sabes exactamente a quien te estás dirigiendo y si entiendes claramente cuáles son las reglas de juego y, por tanto, si estás dispuesto a afrontar una crítica

¿Por qué ese empeño de muchas agencias de reproducir las malas prácticas de las relaciones con medios tradicionales? Cuando creíamos que algunos debates se habían superado en esta nuestra profesión, nos encontramos con que seguimos cometiendo los mismos errores pero ahora en una supuesta versión 2.0.

El mejor antídoto para esta sinrazón es la coherencia. Antes de contratar a una agencia para gestionar tu reputación online, pregúntate si ha sido capaz de trabajar su propia marca digital de manera adecuada y si sus primeros ejecutivos gestionan su marca personal en entornos sociales con solvencia.  Seguro que así aciertas.