Decidir un renaming, organizar una fiesta, guardar un secreto

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[vc_row type=»in_container» full_screen_row_position=»middle» scene_position=»center» text_color=»dark» text_align=»left» overlay_strength=»0.3″ shape_divider_position=»bottom» bg_image_animation=»none»][vc_column column_padding=»no-extra-padding» column_padding_position=»all» background_color_opacity=»1″ background_hover_color_opacity=»1″ column_link_target=»_self» column_shadow=»none» column_border_radius=»none» width=»1/1″ tablet_width_inherit=»default» tablet_text_alignment=»default» phone_text_alignment=»default» column_border_width=»none» column_border_style=»solid» bg_image_animation=»none»][vc_column_text]Se atribuye a Voltaire la frase: “El que revela el secreto de otros pasa por traidor; el que revela el propio secreto pasa por imbécil”. Una de las cosas más difíciles de la vida en general (y más necesarias) es guardar un secreto. Cuando se trata de garantizar el silencio de una persona sola, la cosa puede ser difícil pero asumible; cuando todo un equipo, una empresa, tiene que guardar un secreto, la cosa se complica. Porque, además, si a alguien se le escapa, ¿cómo saber quién fue el indiscreto? El secreto (valga la broma) para guardar el secreto entre tanta gente es la complicidad. Y lograr complicidad en un equipo no es tarea de un día ni de dos. Se labra día a día con confianza, lealtad mutua y mucho cariño.

En las últimas semanas, como si fuera el mismísimo consejo de ministros, el equipo de Agencia Comma, Silvia Albert in company, ha tenido que guardar en secreto las deliberaciones relativas al futuro de la compañía y, especialmente, sobre el renaming. Todos hemos participado de alguna manera en la creación de una nueva marca que han elaborado para la agencia nuestros compañeros de diseño. Gran trabajo el suyo dando cuerpo y color a los conceptos con los que queríamos transmitir, definirnos. Gracias por poner toda vuestra creatividad en el propósito de traducir tantas voces diferentes en colores, texturas, tipografías y formas. Gracias por hacerlo con tanto acierto.

Un secreto dentro de un secreto

La participación de todos fue el gran secreto para guardar el secreto entre todos. Pero además, una parte del equipo trabajó también en la organización del evento para celebrar el vigésimo aniversario de la agencia y presentar la nueva marca a clientes, medios, proveedores y amigos. También ese equipo tuvo que conspirar en secreto frente al resto, para que la fiesta fuera una sorpresa no sólo para los de fuera, sino también para nuestros propios compañeros. Parte del encanto estaba precisamente en sorprender, y fue grande la tentación de desvelar algún detalle en diferentes momentos. Hubiera sido una pena privar de la sorpresa a quienes comparten con nosotros tantas aventuras y desventuras durante las a veces difíciles jornadas de trabajo. Guardar el secreto era una forma de querer a los demás, casi como en el verso de Salinas: “Su gran obra de amor era dejarme solo”.

El 1 de marzo en Madrid vivimos una jornada extraordinaria, en un espacio singular decorado como un gimnasio de boxeo, que no paraba de recordarme al de la película Million dollar baby. La sala presentaba en el centro un ring en el que se decidió que tendría lugar una “pelea de gallos”. Letras de rap improvisadas por los genios J.Bickley y K-mbra, a los que les lanzábamos palabras al azar (sobre el trabajo, el equipo, la excelencia…) para que versificaran sobre una base musical, todo ello con infinito ingenio, similar al de los bertsolarispero en otro registro.

Imposible reproducir aquí ni una sola de las estrofas que parecían fluir sin dificultad. Esperaremos al vídeo para revivir los momentazos que nos dieron. Sin duda, es el arte de la palabra en vivo, y muy difícil de imitar. ¿Lo habéis intentado alguna vez? Probad, probad…

Creando conceptos

¿Por qué un ring, por qué una “pelea de gallos”? Como explicó Silvia Albert en su intervención, ha sido mucha la lucha de estos 20 años, la mitad de ellos surfeando una crisis económica brutal y un cambio dramático en el sector de la comunicación y del periodismo. Seguimos batallando, podemos con todo (o con casi todo), nos va bien. Y por eso es el momento de cambiar de marca: no cuando vengan mal dadas y sea irremediable. No. El momento es ahora. Porque tenemos un equipo profesional multidisciplinar y diverso que aúna muchos talentos diferentes, divergentes, disonantes y disidentes a veces. Pero todos somos comma: nos importa la escritura, la excelencia en el uso del lenguaje para transmitir, para comunicar pensamientos, ideas, proyectos, conceptos. Porque aquí, también, damas y caballeros, creamos conceptos.

Nunca podremos agradecer lo suficiente su presencia a todas las personas que nos acompañaron en un momento como este. El tiempo es lo más valioso que tenemos después de la salud, y que tantas personas quisieran acompañarnos ese día, que decidieran salir antes de trabajar o salir después de lo previsto de fin de semana, es una muestra de cariño como pocas se me ocurren.

No comerse las comas para no acabar comiendo niños

Antes de acceder a la sala abarrotada, un pequeño zaguán nos permitió instalar un photocallque nos recibía con la marca Silvia Albert in company y donde, al desvelarse la nueva, apareció una frase con coma y la misma sin coma: “Vamos a comer niños” y “Vamos a comer, niños”. Quien posó a partir de ese momento se le ve riendo. Normal, era difícil no reír.

Así, con humor, riéndonos también un poco de nosotros mismos; con camisetas que sudamos hasta que pudimos quitarnos la sudadera del color verde corporativo para mostrar nuestra nueva imagen, Agencia comma, vivimos una fiesta en la que los más elegantes eran nuestros invitados; en la que comimos cuadros de fruta colgados de la pared como si aquello fuera una obra efímera de ARCO; pudimos pintar con grafiti las paredes, mientras un grafiterobueno de verdad hacía una maravilla de colores con total libertad de creación; pudimos tatuarnos signos de puntuación donde quisiéramos, actividad que generó tantas adhesiones que, probablemente, medio Madrid lleve ahora una coma en alguna parte de su cuerpo. Si eso no es un éxito de branding, yo ya no sé.

Afortunadamente para todos y todas, decidimos no cantar. Sí preparamos una lista de Spotify con los grandes éxitos de estos 20 años, y unas cuantas canciones de años atrás pero a las que no queríamos renunciar. Al fin y al cabo, era nuestra fiesta y tenemos ya una edad.

Gracias por venir. Gracias por seguir. Bienvenidos a Agencia Comma.[/vc_column_text][vc_video link=»https://youtu.be/FHRWuNDyQp4″][vc_gallery type=»flexslider_style» images=»16618,16619,16620,16621,16622,16623,16624,16625,16626,16627,16628,16629,16630,16631,16632,16633,16634,16635,16636,16637,16644,16645,16646,16647,16648,16649,16650,16651,16652,16653,16654,16655,16656,16657,16658,16659,16660,16661,16662,16663,16664,16665,16666,16667,16668″ onclick=»link_image» img_size=»full»][/vc_column][/vc_row]

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